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Cómo masturbar el clítoris de forma correcta y placentera

La masturbación del clítoris es una forma saludable y placentera de explorar tu sexualidad. El clítoris es un órgano fascinante y potente: su única función es brindar placer sexual, y contiene miles de terminaciones nerviosas que lo hacen extremadamente sensible. Sin embargo, muchas personas desconocen su anatomía y el modo adecuado de estimularlo, lo que puede limitar sus experiencias. A continuación, te ofrecemos una guía detallada y respetuosa, con enfoque de sexo positivo, para aprender cómo masturbar el clítoris correctamente. Hablaremos sobre cómo reconocer la excitación, técnicas de estimulación, cómo es el orgasmo femenino y resolveremos preguntas frecuentes sobre este pequeño gran órgano del placer.


El clitoris

Anatomía y función del clítoris


El clítoris es mucho más que el “botoncito” visible en la vulva. De hecho, lo que se ve a simple vista es solo una pequeña parte – alrededor del 10% – de toda su estructura. La parte externa que observamos se llama glande del clítoris y está situada en la parte superior de la vulva, donde se unen los labios menores, protegido bajo un pliegue de piel llamado capuchón. Su única función es proporcionar placer – a diferencia del pene, no interviene en la reproducción ni en la micción. Veamos con más detalle su estructura y características:

¿Qué función tiene el clítoris? El clítoris es el único órgano del cuerpo humano dedicado exclusivamente al placer sexual femenino.


Está repleto de terminaciones nerviosas (aproximadamente 8,000 terminaciones nerviosas concentradas en el glande), lo que lo convierte en el punto más sensible del cuerpo de la mujer. En comparación, el glande del pene tiene cerca de la mitad de terminaciones, lo que ilustra cuán delicado e intenso puede ser el estímulo clitoriano. Gracias a esta densidad nerviosa, al estimular el clítoris correctamente se pueden experimentar sensaciones sumamente placenteras e intensas. En resumen: la función del clítoris es generar placer sexual, facilitando el orgasmo y enriqueciendo la respuesta sexual de la mujer.


Anatomia del clitoris y pene

¿Es el clítoris más grande de lo que se imagina? Absolutamente sí. Aunque solo veamos externamente un pequeño glande (de unos pocos milímetros hasta ~1 cm en muchas mujeres), la mayor parte del clítoris es interna y tiene un tamaño total promedio de cerca de 10 cm de longitud desde un extremo al otro. Para entenderlo, suele compararse con un iceberg: la puntita visible es el glande, pero bajo la superficie (es decir, dentro del cuerpo) se extiende una estructura mucho mayor. Esta estructura interna está compuesta por dos cuerpos cavernosos que forman el tallo del clítoris, los cuales se prolongan en dos “brazos” o crura que rodean la uretra y la vagina por dentro. Además, en la base de esos brazos se encuentran los bulbos del clítoris, masas de tejido eréctil que flanquean la entrada vaginal por dentro. En la siguiente imagen se aprecia la comparación anatómica entre el clítoris (izquierda) y el pene (derecha), evidenciando sus partes homólogas

. Como ves, el clítoris interno posee cuerpos cavernosos, cruras (raíces) y bulbos, similares a la estructura interna del pene. La única diferencia es que, en la mujer, este órgano permanece oculto en su mayoría debajo de la piel. En estado de reposo, el clítoris interno no se nota; pero durante la excitación se llena de sangre, esponjándose y creciendo de tamaño al igual que un pene erecto. Por eso, algunos lo llaman “un pene interno”, aunque también podría decirse humorísticamente que el pene es solo un clítoris externo. Lo importante es saber que el clítoris es mucho más grande de lo que aparenta: su presencia interna significa que gran parte de la vulva y la vagina están rodeadas de tejido clitoriano. De hecho, expertos señalan que la famosa pared frontal vaginal (donde se ubica el punto G) es en realidad parte del clítoris. Todo esto explica por qué la estimulación, tanto externa como interna, del complejo clitoriano es la clave del orgasmo en la mayoría de las mujeres.


Excitación del clítoris: señales y sensaciones


Ahora que conocemos la anatomía, hablemos de la excitación clitoriana. ¿Cómo saber si tu clítoris está excitado? Cuando una mujer se excita sexualmente, ocurren cambios físicos notables en sus genitales debido al aumento del flujo sanguíneo. En el caso del clítoris, el tejido eréctil se congestiona de sangre y el órgano se pone “erecto”, es decir, se endurece ligeramente y aumenta de tamaño. Esta erección clitoriana viene acompañada de otras señales corporales que puedes observar o sentir:


  • Labios hinchados: La presión de la sangre empuja la vulva hacia afuera, haciendo que los labios genitales (labios menores y mayores) luzcan más llenos e hinchados. Incluso pueden verse más rojizos de lo normal debido a la vasodilatación.

  • Glande más expuesto: El glande del clítoris suele verse un poco más grande y sobresaliente de lo habitual cuando estás excitada. Muchas veces, el capuchón que lo cubre se retrae ligeramente, dejando al descubierto la “cabecita” del clítoris. Puedes notarlo al mirarte: ese botoncito quizá esté más visible o firme al tacto.

  • Aumento de lubricación: La excitación activa las glándulas de Bartholin y Skene, incrementando la lubricación vaginal. Sentirás tu vulva más húmeda, una señal natural de que tu cuerpo se prepara para la actividad sexual.

  • Sensibilidad y calor: Internamente, es posible que percibas un cosquilleo o calor en la zona pélvica. Tus labios vaginales se sienten más rígidos o tensos, y el clítoris en sí se vuelve muy sensible al tacto. Algunas mujeres describen una leve sensación de latidos o pulsaciones en el clítoris al estar muy excitadas, debido al ritmo cardíaco elevado y al flujo sanguíneo.


En resumen, sabrás que tu clítoris está excitado si notas la vulva más hinchada, caliente, lubricada y con el glande ligeramente erecto y sensible. Estos cambios fisiológicos ocurren de forma similar a una erección masculina, solo que en la mujer la mayor parte de la reacción es interna y menos visible. Lo importante es prestar atención a tu cuerpo: con la autoexploración y el tiempo, identificarás fácilmente estas señales de excitación.


estimular clitoris

¿Qué se siente cuando te estimulan el clítoris? La estimulación del clítoris genera sensaciones sumamente placenteras que van aumentando de intensidad a medida que continúas. Al principio, puedes sentir un cosquilleo suave o una oleada cálida de placer localizada en el clítoris y la vulva. Conforme la excitación crece, ese placer se extiende en oleadas por el cuerpo, pudiendo provocar que contraigas involuntariamente algunos músculos (por ejemplo, tensas los muslos o el abdomen) de puro gusto. Cada persona lo describe de forma un poco distinta, pero en general es una sensación intensa y agradable, difícil de comparar con otra cosa. Muchas mujeres sienten que la concentración de estímulos en el clítoris produce un “subidón” de excitación que crece y crece hasta alcanzar un punto culminante. Al llegar al orgasmo (el clímax), esa tensión sexual acumulada se libera de golpe, dando paso a una sensación de alivio y explosión de placer extremadamente satisfactoria. Durante el orgasmo, es típico experimentar contracciones rítmicas en la vagina y una oleada de bienestar que recorre todo el cuerpo. Después, es normal quedar sensible: el clítoris puede sentirse hipersensible o incluso un poquito molesto si se sigue estimulando inmediatamente tras el orgasmo, por lo que la mayoría necesita una pausa o reducir la intensidad llegado ese punto. En definitiva, estimular el clítoris bien se siente maravilloso: es disfrutar de tu sexualidad de forma concentrada, provocando sensaciones de placer que van desde caricias sutiles hasta estremecedores momentos de éxtasis.


(Recuerda que cada cuerpo es único: la intensidad y tipo de sensaciones pueden variar. La clave está en explorar sin prisa, descubriendo qué te gusta y qué te hace sentir bien.)


Técnicas para masturbar el clítoris de forma placentera

Pasemos a la práctica: ¿Cómo masturbar el clítoris correctamente para obtener placer? Lo primero es saber que no existe una única manera “perfecta” que funcione para todas. Cada persona tiene sus preferencias en cuanto a ritmo, presión y forma de estimulación. Por eso, la masturbación es un proceso personal de exploración.


Dicho esto, sí hay consejos generales que pueden ayudarte a hacer la experiencia más placentera y segura, ya sea que te estés masturbando a solas o que tu pareja esté estimulando tu clítoris con la mano. A continuación, abordamos varias de las dudas comunes y reunimos algunos tips útiles.


¿Cómo saber dónde tocar el clítoris? Ubicar el clítoris puede parecer obvio para quien conoce bien su cuerpo, pero no todas las personas han explorado su vulva con detalle. Si no estás segura, aquí van indicaciones: siéntate o túmbate con un espejo de mano e inspecciona tu vulva con los dedos limpios. En la parte superior (más cercana al monte de Venus), justo donde se juntan los labios internos, encontrarás un pequeño bultito o protuberancia central – ese es el glande del clítoris. Suele estar parcialmente cubierto por el capuchón (una pequeña “capucha” de piel) que lo protege. Al tacto, el glande se siente como un botoncito suave, más firme cuando estás excitada. Algunas descripciones lo sitúan “sobre la uretra”, lo cual es cierto: el orificio de la uretra está justo debajo, y más abajo la abertura vaginal. En resumen: el clítoris está arriba de todo, en la unión de los labios menores. Una vez localizado, ¿dónde tocar? Comienza por los alrededores: la zona del capuchón y los labios internos cercanos al clítoris tienen muchas terminaciones nerviosas y suelen ser menos sensibles que el glande mismo, por lo que son ideales para el contacto inicial.


Acaricia con uno o dos dedos la zona que rodea al glande, siente cómo tu cuerpo responde. Evita ir directamente y con fuerza sobre el glande si aún no estás muy excitada, ya que podría resultar incómodo – recuerda que es extremadamente sensible. En cambio, ve acercándote poco a poco, jugando con la presión y el ritmo. Cuando aumente la lubricación y la excitación, podrás estimular el glande más directamente con mayor comodidad.


¿Cómo puedo estimular y poner erecto mi clítoris? Lograr que el clítoris se llene de sangre (se “erectice”) es cuestión de excitación, y para ello la estimulación adecuada es fundamental. Aquí tienes algunos consejos prácticos para masturbar tu clítoris de forma placentera:


  • Crea un ambiente cómodo: Busca privacidad y relajación. Si estás a solas, asegúrate de sentirte tranquila; puedes ayudarte de tu imaginación, leer relatos eróticos o ver algún video adecuado para entrar en ambiente. Si lo prefieres en pareja, los juegos previos (besos, caricias en otras partes del cuerpo, masajes) ayudan muchísimo a aumentar la excitación antes de pasar al clítoris.

  • Empieza suave y ve de menos a más: “Sensibiliza la zona” primero. Comienza con caricias lentas y ligeras alrededor de la vulva. Pasa las yemas de tus dedos por los labios, el pubis, los muslos internos… Acércate gradualmente hacia el clítoris en sí. Una técnica muy efectiva al inicio es dibujar círculos alrededor del clítoris con un dedo lubricado, sin tocar directamente el glande. Estos movimientos alrededor, de izquierda a derecha o en círculos, ayudan a estimular la zona y promover la lubricación natural.

  • Usa lubricante: La lubricación es aliada del placer. Si no tienes suficiente lubricación natural en el momento, aplica un lubricante a base de agua en tus dedos y en la vulva. Esto reducirá la fricción y hará las caricias mucho más agradables (¡y previene irritaciones!).

  • Adapta la intensidad a tu gusto: Recuerda que más fuerte o más rápido no siempre significa más placer. Escucha a tu cuerpo: tal vez disfrutes de movimientos suaves y sutiles, o quizá prefieras ir aumentando la intensidad poco a poco. Algunas mujeres gozan de una estimulación más enérgica conforme se acercan al orgasmo, mientras que otras necesitan mantenerla suave. Prueba diferentes ritmos y presiones y observa qué te resulta más placentero. No hay prisa; variando la intensidad podrás descubrir nuevas sensaciones.

  • Explora distintos movimientos: Además de los círculos, intenta diferentes técnicas con los dedos. Por ejemplo: movimientos verticales (arriba y abajo) sobre el clítoris, movimientos horizontales (de lado a lado) pasando sobre el capuchón, pequeños toquecitos o golpecitos suaves cerca del glande, o incluso presionar delicadamente la palma de tu mano contra toda la vulva y moverla rítmicamente. Algunas personas combinan movimientos: por ejemplo, hacer un masaje circular con un dedo mientras con otro dedo realizan suaves vaivenes. También puedes estimular los labios y la entrada vaginal con ligeras caricias o palmaditas para añadir variedad. Encuentra la combinación de movimientos que más placer te dé.

  • No olvides el resto del cuerpo: Aunque el clítoris sea protagonista, muchas mujeres disfrutan más cuando integran otras zonas erógenas. Mientras te masturbas, acaricia tus pechos, pezones, muslos, cuello, o cualquier área que te excite. Esto enriquece la experiencia y aumenta la excitación global.

  • Considera los juguetes sexuales: Los vibradores y succionadores de clítoris pueden ser excelentes complementos. Un pequeño vibrador tipo bala o un succionador (como los populares modelos Satisfyer) aplicados sobre el clítoris pueden llevarte a sensaciones nuevas y orgasmos intensos. Estos dispositivos funcionan aumentando rápidamente el flujo sanguíneo en el clítoris mediante vibración o succión, lo cual acelera la excitación y puede ayudarte a llegar al clímax más fácilmente. Si optas por un juguete, empieza en la intensidad más baja y sube gradualmente hasta donde te sientas cómoda. Siempre mantén la higiene: lava bien tus manos y cualquier objeto antes de usarlo en tu zona íntima.


Estos consejos te ayudarán a poner erecto tu clítoris (es decir, llenarlo de sangre mediante la excitación) y a disfrutar al máximo la masturbación. Recuerda que no hay una fórmula rígida: combina técnicas, alterna entre estímulos directos e indirectos, y sobre todo, escucha tus sensaciones. Si algo se siente muy intenso, disminuye el ritmo o cambia de técnica; si sientes que necesitas más estímulo, aumenta la presión o la velocidad según te pida el cuerpo.

¿Cómo agrandar el clítoris? Es común encontrar esta pregunta, pero es importante aclarar algunas ideas. El tamaño natural del clítoris varía de una mujer a otra, al igual que sucede con cualquier otra parte del cuerpo. En estado de reposo, el glande puede ser muy pequeño en algunas (apenas unos milímetros) o un poco más prominente en otras, y todas estas variaciones entran dentro de la normalidad. No existe una necesidad de “agrandar” el clítoris para disfrutar más; la sensibilidad no depende del tamaño visible, ya que incluso el clítoris más pequeñito contiene la misma gran cantidad de terminaciones nerviosas. Dicho esto, durante la excitación tu clítoris ya aumentará de tamaño de forma temporal, pues al llenarse de sangre se hincha y sobresale más. Esa es la única “manera” segura y natural de agrandarlo: a través de la excitación y la estimulación sexual. No se recomienda intentar métodos no probados para modificar permanentemente su tamaño. Algunas prácticas, como las bombas de vacío para genitales, pueden provocar un hinchamiento momentáneo al succionar sangre hacia la zona, pero sus efectos son temporales y un uso inadecuado podría causar moretones o daño en el tejido sensible. En resumen, disfruta tu clítoris tal como es. Concéntrate en aprender a estimularlo más que en cambiar su tamaño. Ten la seguridad de que, sea grande o pequeño a la vista, es poderoso en cuanto a la satisfacción que puede brindarte.


El orgasmo femenino y el clímax

Masturbar el clítoris de forma efectiva suele llevar al orgasmo, también llamado clímax. Pero, ¿qué es exactamente el clímax femenino y cómo se manifiesta? Abordemos varias dudas relacionadas con el orgasmo en las mujeres, especialmente en relación con la estimulación clitoriana.


¿Dónde está el clímax de la mujer?  Cuando alguien pregunta esto, podríamos interpretarlo de dos formas. Por un lado, puede referirse a dónde siente la mujer el clímax en su cuerpo; por otro, podría significar qué zona estimular para alcanzar ese clímax. En ambos casos, la respuesta apunta al clítoris. El orgasmo femenino se siente como una ola de placer que recorre todo el cuerpo, pero se origina principalmente en la estimulación del clítoris y sus estructuras. Durante mucho tiempo se habló de orgasmo “vaginal” versus “clitoriano”, implicando que la penetración por sí sola podía generar un orgasmo distinto. La realidad es que el clítoris está involucrado en prácticamente todos los orgasmos femeninos. Incluso cuando una mujer llega al clímax con penetración vaginal, es porque se está estimulando indirectamente al clítoris: la parte interna de éste (bulbos y raíces) rodea la vagina, y el movimiento peneano/falanges estimula esos tejidos internos del clítoris, así como la zona del punto G que, como mencionamos, es parte del clítoris. Dicho de otro modo, el clímax de la mujer “está” en el clítoris, ya sea estimulado externamente o a través de la pared vaginal interna.


Cabe destacar que la manera más confiable para que la gran mayoría de mujeres alcance el orgasmo es mediante la estimulación del clítoris. Estudios y sexólogas señalan que la penetración vaginal por sí sola, sin estímulo clitoriano adicional, no suele ser suficiente para muchas mujeres. De hecho, sólo alrededor del 20-30% de las mujeres logran el orgasmo solo con penetración, mientras que casi todas pueden lograrlo con estimulación directa del clítoris (ya sea manual, oral o con juguetes). Por eso es tan importante conocer y atender este órgano durante las relaciones sexuales. En conclusión, el “clímax femenino” no está en un punto místico oculto en la vagina, sino en todo el complejo clitoriano – un sistema que abarca el glande externo y sus extensiones internas – y en la experiencia global de excitación física y mental. El orgasmo se siente en todo el cuerpo, sí, pero es disparado por el clítoris.


¿Cómo saber si una mujer se viene (llega al orgasmo)? Reconocer un orgasmo femenino puede ser sencillo en algunos casos y más sutil en otros, ya que cada mujer expresa y siente su clímax de forma individual. Si quieres saber si  has llegado al orgasmo, presta atención a las sensaciones y reacciones involuntarias de tu cuerpo. La señal más notoria suele ser una sensación súbita e intensa de placer que invade tus genitales y se irradia por el cuerpo, seguida de contracciones rítmicas de los músculos pélvicos. En las mujeres, típicamente hay contracciones involuntarias de la vagina y el útero durante el orgasmo, que pueden sentirse como pulsaciones internas placenteras (suelen ocurrir aproximadamente cada 0,8 segundos, unas cuantas veces seguidas). También el ritmo cardíaco y la respiración se aceleran notablemente justo antes y durante el orgasmo. Muchas mujeres experimentan además un rubor sexual: enrojecimiento del pecho, cuello o rostro debido al pico de excitación. Desde afuera, si una pareja quiere saber si su compañera alcanzó el orgasmo, puede fijarse en varias señales: el cuerpo se tensa y luego se relaja repentinamente, a veces ocurre un temblor o espasmo en las piernas; la mujer puede gemir o quedarse momentáneamente sin aliento en el momento cúspide, y después suele venir un periodo de hipersensibilidad y relajación (la mujer quizá aparte tu mano o necesite una pausa porque el clítoris le queda muy sensible).


Ojo: cada mujer es distinta. Algunas pueden arquear la espalda o apretar los muslos, otras pueden tener orgasmos muy silenciosos pero igualmente intensos. Lo más fiable es la comunicación: si tienes confianza, pregunta directamente (“¿Te corriste? ¿Te gustó así?”) ya que muchas mujeres pueden orientarte sobre lo que sienten. Y si se trata de conocerte a ti misma, con la experiencia aprenderás a identificar inequívocamente tus orgasmos; al fin y al cabo, la única persona que realmente puede saber si tuviste un orgasmo eres tú misma.


¿Cómo se llama el flujo de la mujer cuando se viene? Esta pregunta se refiere al líquido que algunas mujeres expulsan o segregan al alcanzar el orgasmo. Existe cierta confusión al respecto, así que aclaremos: durante el orgasmo femenino pueden darse principalmente dos tipos de fluidos, aparte de la lubricación normal. Uno es la llamada eyaculación femenina y otro es el fenómeno conocido popularmente como “squirt”. La eyaculación femenina se refiere a una pequeña liberación de líquido blanquecino o lechoso, algo viscoso, que proviene de las glándulas de Skene (también llamadas parauretrales), ubicadas cerca de la uretra. Este líquido no es orina; es más bien un fluido similar al líquido prostático, y suele salir en poca cantidad durante el orgasmo (a veces pasa desapercibido mezclado con la lubricación). Por otro lado, el squirt o expulsión abundante de líquido transparente es otro fenómeno en el cual algunas mujeres despiden un chorro o cantidad mayor de fluido claro, prácticamente aguado, durante el clímax. Las investigaciones indican que este líquido proviene de la vejiga, pero diferenciado de la orina normal pues está muy diluido (es principalmente agua). En resumen, el squirt sería una especie de “eyaculación a chorros”. Ambos fenómenos –tanto la pequeña eyaculación femenina como el squirt– son normales y reales, pero no le ocurren a todas las mujeres. De hecho, se estima que solo un porcentaje experimenta squirting en su vida, y muchas pueden tener orgasmos perfectamente placenteros sin ninguna expulsión notable de líquido extra.


¿Y qué hay del flujo vaginal común? Durante la excitación y el orgasmo, la vagina suele soltar gran cantidad de lubricación natural transparente; esta es la humedad normal que notamos antes y durante del clímax. Es completamente normal y deseable, ya que indica buen nivel de excitación. En algunos casos, ese lubricante puede salir en forma de “chorrito” si la mujer está muy excitada, pero no debe confundirse con el squirt (suele ser menos abundante y más viscoso). También puede ocurrir –aunque es menos frecuente– un pequeño escape involuntario de orina durante el orgasmo (llamado técnicamente incontinencia orgásmica), especialmente si la vejiga estaba muy llena, pero esto es distinto del squirt en sí. En definitiva, el flujo que puede salir cuando una mujer “se viene” puede llamarse eyaculación femenina o squirt, según sus características. Si alguna vez te ocurre, debes saber que es algo natural. Y si nunca te ha pasado, también es completamente normal: cada mujer es diferente y no necesitas expulsar líquido para tener un orgasmo intenso. Lo importante es la sensación de placer, no la cantidad de fluido.

Conclusión: La masturbación del clítoris es una práctica saludable que te ayuda a conocer tu cuerpo y a disfrutar plenamente de tu sexualidad. Hemos visto cómo reconocer la excitación, las mejores técnicas para acariciarte y la manera en que tu clítoris juega un papel central en el orgasmo. Con esta información, esperamos que te sientas más cómoda explorando sin tabúes. Recuerda que la educación sexual y el autoconocimiento son poder: mientras más conozcas tu cuerpo, más placer podrás experimentar y mejor comunicarás tus deseos en pareja. No hay nada de malo en dedicar tiempo a ti misma, a descubrir qué te hace vibrar. ¡Siéntete libre de disfrutar de tu clítoris con confianza y con mucho amor propio! Como dice el dicho, la práctica hace al maestro: con paciencia y curiosidad, lograrás masturbártelo de forma correcta, placentera y siempre respetando tu propio ritmo. ¡Que disfrutes del viaje de autodescubrimiento y placer!

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